02 ene12

Cuando se empieza a escribir preocupa la escasez de ideas, pues éstas dejan de acudir a la mente después de un tiempo de inventiva sin pausa. La sequía imaginativa acobarda al escritor novel. Y esto es un error. Si así fuera, si de ideas sólo se tratase, ya nadie escribiría, pues todo está dicho desde hace tiempo.

El escritor tiene algo que contar cuando adquiere estilo. Es el aprendizaje de la escritura lo que le descubre “cómo ir escribiendo”.

Historia y trama viajan cosidas entre la prosa, y a mayor dominio de ésta, mayor valor ante cualquier texto, transformando el tortuoso comienzo en una satisfacción que llena la vida. La prosa rica no es más que el hábito de escribir, que no es otra cosa que “sobre lo que escribir”.


Deedo Parish